jueves, 29 de enero de 2015

SI PUDIERAMOS


 
 


Belín


 
SI PUDIERA, es una frase muy común a todos, el condicional si pudiera, si me tocara, si me ayudas, si me pagas, si me dejas, si me prestas, si me perdonas, y así decenas de condicionales que llenan nuestra vida de sueños casi imposibles de realizar.

En mi caso, si pudiera me iría en busca de un lugar propicio para vivir, lejos de esta porquería mediática que inunda las noticias, la vida, el quehacer cotidiano, y los medios de comunicación en los que cada uno arrima el ascua a su sardina.

Que si la uno, la dos, la sexta, la tres, la cuatro y las autonómicas.
¿A quien escucho?, ¿a quien veo?, cada una cuenta una historia diferente.
Por no decir las emisoras de radio o periódicos.

Harto y saturado de contradicciones, de noticias e informes controvertidos, de desinformación constante y continua.
Mi sensación, y la de otros, es que el ciclo está acabando. Que la soñada Europa unida mediante lazos comerciales, monetarios y legislativos se va al carajo.

Cada país que forma la Unión hace lo que le da la gana, sus ciudadanos toman las decisiones que quieren, y atienden, en su absoluta desesperación, las llamadas de los partidos de los extremos mas dispares.
Asistimos a la unión de partidos "populistas" con otros "nacionalistas de derecha" y se quedan tan frescos.
El caso es alcanzar poder prometiendo lo imposible.

Aquí, en este país, se pelean a navajazos unos con otros, tu robas, tu defraudas, tu engañas, tu malversas, tu estafas, tu prevaricas, tu falseas, tu tienes caja B, tu evades tributos y así una feria de vanidades, falsedades, insultos, pecados inconfesables, escándalos empresariales y financieros de la peor especie.

Si pudiera encontrar un lugar donde todas estas noticias que saturan nuestros ojos, mente y oídos, no se propagaran machaconamente, haría lo posible por irme.




Fotógrafo fotografiado en Berlín


Pero es solo una idea irrealizable que nace de la hartura ante la escasez de noticias gratas, amables, honestas, alentadoras. Los noticiarios emitidos por la televisión, radio o periódicos se han convertido en verdaderas historias de horror.
Horror cotidiano, violencia extrema, crímenes, prostitución, droga, guerras, estafas millonarias, robos descarados.
Y así un día tras otro.

A quien creías decente de repente es un pillo redomado. Quien promueve un nuevo partido regenerador se convierte en un aprovechado que cobra cientos de miles de euros por hacer nadie sabe el que, y así sumando más y peor.

Quien está, o estuvo, al mando de instituciones financieras internacionales resulta ser un sádico agresor de mujeres o en el típico aprovechado que se forra a base de usar tarjetas opacas, recibir relojes de doce mil euros, coches de lujo, dinero en efectivo o simplemente cobra comisiones por todo lo que hace y se las lleva a los llamados paraísos fiscales.
Los honorables ciudadanos o empresarios se convierten en pillos que pasan una temporada en la cárcel, o ni eso, y no devuelven nada de lo robado.

Han estafado cientos, miles, de millones de euros y se hacen de nuevas, yo, yo, no sabía nada. Es una herencia, es mi sueldo, es mi compensación por jubilarme. Es lo que tenía acordado cuando me fuera de la empresa.

A mi ya solo me inspira confianza mi esposa, 45 años juntos, mis hijas que creo son decentes, mis muy íntimos amigos, y por supuesto mi gato.

Nadie más.

¿Si pudiera donde me iría?. Ni idea, no se me ocurre ningún lugar en el que este a salvo de esta marea de podredumbre
mediática y cotidiana.

Yo ya no entiendo nada de nada, ni de economía, ni de política, ni de historia, y de la sociedad que me rodea entiendo menos todavía.

Suspendería en todas y cada una de las asignaturas de la vida e incluso no entiendo a quien mas debería entender, a mi mismo que ni se lo que quiero y  ni me importa.

Perdón, si entiendo a mi gato, con el si que estoy al loro de sus deseos, justo estar encima de mis piernas, pegado a mi regazo siempre que puede.
Y no se cansa, es claro y escueto en su deseo constante de estar pegado a mi lado.






Gracias Gatufo.





emi








 

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