A los nuevos partidos populistas, Syriza o Podemos, se les ha olvidado la letra de esta canción famosa hace poco tiempo, cuando han confeccionado su programa electoral.
Sino nos dejan
nos vamos a querer toda la vida.
Si nos dejan
nos vamos a vivir a un mundo nuevo.
Si nos dejan
buscamos un rincón cerca del cielo.
Si nos dejan
haremos de las nubes terciopelo
Si nos dejan
te llevo de la mano, corazón
y ahí nos vamos.
Si nos dejan
de todo lo demás nos olvidamos.
Y lo que resulta chocante es que a sus votantes, o posibles votantes, se les haya olvidado también.
Y es que a los acreedores o prestamistas europeos no se les olvidan las deudas o promesas contraídas y las reclaman al día siguiente de abrir las urnas de cualquiera de los países miembros del Club.
Prometer se pueden prometer muchas cosas, si nos dejan podrían añadir, pero luego pasada la euforia electoralista hay que volver a la realidad de los números.
No hay amor, no hay un mundo nuevo, no hay rincones cerca del cielo, las nubes no son de terciopelo, la mano te suelta una vez en la cúspide, y nadie olvida sus deudas.
Votar debiera de ser un acto responsable, no egoísta, tampoco fruto del cabreo o la desesperación, por el contrario cada uno de nuestros votos podríamos emitirlo sin pasión, sin calor, sin enfado, y reflexionando las consecuencias no solo para nosotros en singular, si no para todos en plural.
Y es más, cualquier proposición altruista, de igualdad, de alcanzar un paraíso en la tierra, deberíamos sosegadamente considerar "si nos dejan" los líderes de esta comunidad de vecinos que es Europa.
Europa no deja de ser "una comunidad de vecinos" donde hay que respetar reglas y estatutos.
Prometer se puede prometer cualquier cosa, luego habrá que esperar a "si nos dejan" y si no pagamos el recibo, o las deudas, no tendremos ni voz ni voto en esa comunidad de vecinos europeos.
gatufo
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