Hoy para variar vamos todos al médico, Cuca mi esposa no va casi nunca pero hoy si le toca ir.
Lo ideal sería que ella pudiera ir por su pie, pero no puede, está en silla de ruedas desde hace ya mucho tiempo pues padece esclerosis múltiple que la incapacita para poder andar por si misma.
A penas puedo empujar su silla un largo trecho, necesito ayuda si es que luego no quiero que me duela la espalda.
Vendrá con nosotros Isabel y entre los dos podremos desplazar la silla sin demasiado esfuerzo.
Está claro, hoy si hay novedades salimos de la rutina cotidiana y hacemos una visita obligada a la doctora de familia.
Nunca hemos coincidido los dos, Cuca y yo, en ese menester y será hoy el primer día aunque está claro que no nos crea ninguna inquietud.
En mi caso se lo que me va a decir, Cuca lo tiene mas complicado pues tiene un dolor intenso todas las noches, creemos que es el trigémino, y espera que le de algún calmante que pueda aliviarla y facilitarle el sueño.
En Madrid y otras ciudades de España hay una movida dramática de personas que desean ser tratadas con los nuevos fármacos que combaten el virus de la hepatitis C.
Son carísimos y el gobierno de la nación no parece muy dispuesto a subvencionarlos, o si lo hace pareciera que los administra con cuentagotas.
Para muchos de estos enfermos la situación es muy grave, o se tratan o se mueren, y no hay otra alternativa.
Yo podría estar entre ellos pues también padezco esa enfermedad, las dos veces que he tenido tratamiento lo he tenido que suspender, la primera por orden del especialista y la segunda por iniciativa mía.
Los efectos secundarios que producen estas medicinas son devastadores, al menos en mi caso, y puestos al filo de repetir otra vez con un tratamiento de los tres fármacos prescritos para alcanzar el éxito francamente prefiero esperar, no repetir la experiencia terrorífica de hace dos años que casi me conduce al final de todo.
Sofosbuvir es, según la farmacéutica Gilead, la droga mágica que puede erradicar el virus de la hepatitis C, eso si tomado por doce semanas acompañado de Interferón y Ribavirina.
Ante los ensayos realizados muchos gobiernos han autorizado el medicamento, lo peor es el precio que oscila en unos cincuenta o sesenta mi euros, ¿quien puede pagar semejante dineral?. ¿Quién puede entender esos precios?.
Yo desde luego no.
emi
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