jueves, 5 de febrero de 2015

VACACIONES OBLIGADAS.









Leo en la prensa una noticia que me llena de estupor e incomprensión según nuestra filosofía occidental del ocio, el trabajo y las vacaciones:





Los japoneses estarán obligados por ley a cogerse al menos cinco días de vacaciones
Día 05/02/2015

Los empleados utilizan menos de la mitad de los 18,5 días de vacaciones pagadas que, de promedio, tienen cada año.

El Gobierno quiere obligar a los japoneses a que tomen por lo menos cinco días de sus vacaciones pagadas al año para disminuir su trabajo y evitar las posibles enfermedades físicas y mentales que acarrea, informaron hoy medios locales.
Según una encuesta del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, que presentará el proyecto de ley en la sesión actual de la Dieta (Parlamento), los japoneses utilizan menos de la mitad de los 18,5 días de vacaciones pagadas que, de promedio, tienen cada año. En 2013 los trabajadores gastaron menos de la mitad de sus vacaciones, el 48,8 por ciento de esos días. Con la nueva ley el Ejecutivo quiere que para el año 2020 los japoneses puedan tomar al menos el 70 por ciento de sus vacaciones pagadas, según el diario Yomiuri.
Y así continua un poco más la noticia en el periódico.
Había leído el afán de la sociedad Nipona por el trabajo, el compromiso, y la honorabilidad.
También del amor a la empresa en la que se trabaja, pero
¿quedarse sin vacaciones?, de eso no sabía nada.
Yo que he trabajado más de treinta años en una empresa he podido vivir y comprobar que NADIE renuncia a sus vacaciones e incluso disputa con sus compañeros el privilegio de disfrutarlas en estas fechas o las otras.
Las peleas, disputas, dimes y diretes entre jefes y colegas comenzaban siempre a la hora de distribuir vacaciones y puentes para ir a la playa, a la sierra o quedarse en casa.
Cada cual defendía sus opciones con saña barriobajera, y aunque yo he procurado no verme así, en liza con otros compañeros, tampoco podía permitir ser avasallado.
Y los japoneses renuncian a sus vacaciones y el gobierno tiene que obligarles a tomar al menos cinco días de ellas.
Inconcebible para nuestra mentalidad europea y española.
Quizás ni tanto ni tan calvo, pues pienso, igual que el gobierno japonés, que las vacaciones son muy necesarias para romper la monotonía de un curro a veces con muy pocos alicientes.
Pero de ahí a pelear, discutir, pugnar con los compañeros y jefes por un simple día para el puente, hay un abismo que no comparto en absoluto con lo que se vive y se ha vivido en nuestros trabajos y empresas.
emi

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